viernes, 7 de junio de 2013

MICROSOFT SURFACE

Microsoft Surface RT.

Presentado hace varios meses en Los Ángeles tras una gestación mantenida en el más absoluto de los secretos, Surface RT llega al mercado en el momento más crítico en la historia de Microsoft. Los ordenadores de sobremesa y los laptops están comenzando a ser desplazados por una nueva generación de dispositivos portátiles más sencillos y económicos, pero que ofrecen básicamente todas las funcionalidades que demanda el consumidor medio: navegación a través de internet, juegos y capacidades multimedia. Esta avalancha representada por el factor forma tablet está siendo combatida por los fabricantes de ordenadores con una serie de productos híbridos que combinan las características táctiles de sus enconados rivales con bases-teclado al estilo laptop, y entre todos ellos Surface se erige como la referencia.

Hasta el momento Microsoft ha anunciado dos versiones: un modelo con CPU Core i5 y Windows 8 Pro, comercializado por ahora en un puñado de mercados (EEUU, Canadá y China), y otro con corazón ARM y Windows RT, con una difusión más extendida. Esta última variante es la que ocupa ahora nuestra atención.
Hay muchos tablets en el mercado, pero ninguno con la calidad de construcción de Surface ni su capacidad para transmitir la extraordinaria solidez de cada uno de sus componentes. No sólo es un producto bien hecho, sino que además se siente en las manos como tal. Igualmente destacable es el trabajo realizado por Microsoft para diferenciar a su retoño de los incontables rectángulos de plástico y metal que saturan el mercado, pero vayamos por partes si te parece.

HARDWARE

A primera vista Surface RT no es exactamente una sílfide, aunque tampoco es el modelo más grande que ha pasado por nuestras manos. Su carcasa de magnesio posee unas dimensiones relativamente generosas, con 27,4 cm de largo, 17,2 cm de ancho y 0,94 cm de grosor. También es apreciable su peso, de 680 gramos, aunque ni por asomo se nos ocurriría decir que Surface peca de obeso. Microsoft ha utilizado para su construcción una técnica denominada Vapor Mg, que dota a su exterior con un tacto único, extraordinariamente sólido y sin embargo más delgado del que sería posible con otros procesos de producción. Esta sensación de calidad percibida forma parte de la propia esencia del diseño de Surface RT, yendo desde la forma en la que se han achaflanado los bordes del tablet para facilitar su transporte (ciertamente se cansan menos las manos que llevando cualquier otro tablet al azar) al propio sonido de su base plegable integrada, que se cierra sobre la parte trasera del tablet con un ruidoso "clac". Da la impresión de ser un mecanismo robusto y duradero, que no se romperá fácilmente aunque lo trates con cierto descuido.

A diferencia de la inmensa mayoría de sus competidores, Surface RT incorpora un auténtico conector USB 2.0 para usar pendrives, discos duros o cualquier impresora compatible con Windows RT, que no son todas, pero sí unas cuantas. Básicamente casi cualquier dispositivo USB convencional funcionará sin problemas, lo que supone un rotundo plus a favor del tablet de Microsoft. No muy lejos del puerto USB se sitúa una salida de vídeo que podrás usar con cables microHDMI (Microsoft nos señaló hace tiempo que no usan esa denominación porque el orificio donde se encaja el conector no es 100% fiel al estándar) y la interfaz de carga, mientras que en el lado opuesto encontramos el conector de audio. En la parte baja del tablet reside un gran conector propietario de seis puntos que ahora mismo sólo sirve para acoplar cualquiera de los dos teclados disponibles. Tanto el puerto de carga como el inferior son de tipo magnético y permiten que los periféricos se acoplen con gran firmeza. El conector de carga está pensado para iluminarse tenuemente durante la carga del dispositivo, mientras que la base de seis puntos se aferra a los teclados con auténtica tenacidad. 
Los orificios punteados de los lados no son ranuras de ventilación, sino los altavoces. Como en tantos tablets, se limitan a estar ahí en caso de que los necesites. Algo parecido sucede con las dos cámaras de fotos incluidas, que poseen sensores de 1,2 megapíxeles. Ninguna de estas cámaras cuenta con el apoyo de un flash LED, y como podrás ver en su apartado correspondiente, sus prestaciones son muy pobres.

Saltando a la pantalla, Microsoft ha escogido para la versión RT de Surface un panel de 10,6 pulgadas y 1.366 x 768 píxeles de resolución. La densidad de píxeles brindada no es precisamente digna de elogios considerando lo que estamos viendo en estos momentos en la parte alta del segmento Android o en iOS, y de hecho, resulta imposible no apreciar minúsculos dientes de sierra o el propio punteado de los píxeles. Este efecto se disimula bastante bien una vez llegados al escritorio Metro de Windows RT, que con su diseño minimalista y cuadriculado no se presta especialmente a este aserrado visual, pero no quita para que sea perceptible en aplicaciones y el escritorio convencional del sistema operativo.
 
La memoria de almacenamiento de Surface RT es de 32 ó 64 GB, ampliable mediante tarjetas microSD usando un lector bajo el punto de apoyo de la carcasa. Se ha hablado bastante sobre la capacidad real de Surface, dado que la memoria anunciada no coincide con la disponible, al reservar Windows una partición especial para restaurar el sistema en caso de catástrofe o formateo. En nuestra unidad de 32 GB teníamos un total de 13 GB libres a nuestra disposición con el software instalado de serie.
El apartado de conectividad está bien resuelto, aunque sin sorpresas. Surface RT es compatible con WiFi 802.11 b, g y n (con MIMO 2x2), así como con Bluetooth 4.0.

PANTALLA

La pantalla de Surface RT tiene totalmente integrado el elemento táctil y con la superficie LCD para conformar una única capa más delgada, que a su vez está protegida por una lámina de vidrio Gorilla Glass. Este proceso de construcción tiene un beneficio añadido: se mejoran los ángulos de visión (que están entre los mejores que hemos podido ver) y la capacidad de uso en exteriores, que es de por sí bastante elevada gracias a sus 400 nits de brillo y la reducción de reflejos. El resultado es muy, muy bueno; tanto que sorprende de sobremanera comprobar cómo una pantalla tan modesta en píxeles puede ofrecer un uso más gratificante que otras con una resolución mucho mayor. Los colores de la pantalla de Surface RT también están situados en la parte alta del segmento, con unos negros especialmente profundos y un buen equilibrio en las tonalidades.


Como decíamos, el único problema serio que encontramos a la pantalla del Surface RT es su resolución. ¿Qué ha podido hacer que Microsoft se incline por dejar a su tablet más asequible en relativa desventaja frente a modelos todavía más económicos? Bien, por una parte tenemos el asunto del posicionamiento en el mercado, dado que Surface Pro puede justificar mejor su precio con un panel Full HD, y por el otro tenemos que considerar el rendimiento: saltar a 1.920 x 1.080 píxeles obligaría a su SoC Tegra 3 a meter el overdrive, mientras que el incremento en el consumo energético se opondría diametralmente a la filosofía de Windows RT. Si tuviéramos que ser especialmente quisquillosos a la hora de buscar puntos negativos, tal vez podríamos añadir que nuestra unidad de pruebas mostraba una pequeña fuga de luminosidad en la parte inferior de la pantalla, justo encima del logotipo de Windows. Sólo se apreciaba con la pantalla totalmente en negro, así que no podemos considerarlo algo preocupante.
 
 
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